• El ministro de Exteriores de China, Wang Yi, habla durante un acto en Pekín, la capital, 3 de julio de 2021. (Foto: fmprc.gov)
Publicada: sábado, 3 de julio de 2021 10:36

China enfatiza que no tolerará la injerencia extranjera en sus asuntos, y destaca la “voluntad inquebrantable” de su pueblo en defensa de la soberanía del país.

No toleraremos que ningún país interfiera en nuestros asuntos internos u obstaculice nuestro desarrollo”, ha aseverado este sábado el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, durante la ceremonia de inauguración del 9.º Foro de Paz Mundial en Pekín, (la capital).

El canciller chino ha puesto de relieve que Pekín funda su reclamo en la reciprocidad. “Dado que no interferimos en la política interna de otros países, esperamos los mismo de otros Estados”, indicó.

El jefe de la Diplomacia de China ha advertido, asimismo, que ningún país a nivel mundial debe subestimar “la voluntad inquebrantable y la capacidad del pueblo chino” para defender su soberanía, los intereses, la seguridad y su desarrollo.

 

De acuerdo con Yi, China siempre se ha mantenido comprometida con el camino del desarrollo pacífico, se ha opuesto a la hegemonía y las políticas de poder, y utilizará sus logros en el desarrollo para brindar al mundo nuevas oportunidades. “La China de hoy no es la misma que fue hace 100 años”, ha subrayado.

Durante años, Pekín ha denunciado la injerencia occidental, sobre todo de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), en sus asuntos, como los casos de Hong Kong y Taiwán, entre otros.

Las declaraciones de Yi se producen en un momento de suma tensión con Estados Unidos. En medio de las tiranteces entre China y Taiwán, principalmente por los esfuerzos separatistas de las autoridades taiwanesas que se oponen al principio de una sola China, Washington echa más leña al fuego, vendiendo armas a Taipéi y realizando diferentes ejercicios militares en la zona.

China advierte al mundo que EE.UU.es el “mayor destructor del orden internacional” y llama a las autoridades de Washington a dejar de presumir que tienen la última palabra en los asuntos globales.

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