"China tiene que enfrentarse a la realidad de que el equipo de Trump mantiene una actitud de línea dura hacia China, debe descartar cualquier ilusión y hacer preparativos completos para cualquier movimiento ofensivo por parte del Gobierno de Trump", dijo el viernes un funcionario de China Daily, un rotativo del gobernante Partido Comunista de China.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha colocado a Peter Navarro, un duro crítico de Pekín, al frente del recién creado Consejo Nacional de Comercio.
China tiene que enfrentarse a la realidad de que el equipo de Trump mantiene una actitud de línea dura hacia China, debe descartar cualquier ilusión y hacer preparativos completos para cualquier movimiento ofensivo por parte del Gobierno de Trump", dijo un funcionario de China Daily, un rotativo del gobernante Partido Comunista de China.
Navarro, profesor de Economía de la Universidad de California en Irvine, asesoró a Trump durante su campaña y ahora será el director de política comercial e industrial de su nuevo gobierno. Entre sus trabajos tiene dos libros centrados en la gran potencia asiática: "Las próximas guerras chinas" y "Muerte por China".
"Si Washington se atreve a provocar a China poniendo en peligro sus intereses fundamentales, Pekín no dudará en enfrentarse a los Estados Unidos, para obligar a este país a respetar a China", dijo el diario estatal chino Global Times en un editorial publicado el viernes.
El jueves, un día después del nombramiento de Navarro como jefe asesor comercial de Trump, el Ministerio chino de Relaciones Exteriores reaccionó ante esa decisión con un tono comedido. "Como dos grandes potencias con amplios intereses mutuos, la cooperación es la única opción correcta", dijo la portavoz de esa cartera, Hua Chunying.
La tensión en las relaciones Pekín-Washington ha crecido desde la elección de Donald Trump como presidente de EE.UU. El magnate republicano acusa a China de la pérdida de empleos en EE.UU. y amenaza con declarar a ese país “manipulador de divisas en cuanto llegue a la Casa Blanca”. También, ha prometido subir los aranceles a las importaciones chinas hasta el 45 %.
Trump agrede verbalmente a China o a su economía, pero otros exabruptos apuntan directamente a la soberanía nacional e integridad territorial del gigante asiático. De hecho, Trump a principios de este mes mantuvo un contacto con la mandataria de Taiwán, Tsai Ing-wen, y cuestionó el principio de “una sola China” y amenazó con romperlo.
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