En una entrevista exclusiva con HispanTV, Morales ha revelado este viernes que una trabajadora de hogar, que desempeñaba sus labores en la ciudad de La Paz, le llegó a prevenir tres meses antes de las elecciones que había escuchado de un miembro del Comité Cívico de esta urbe capitalina de que se estaba gestando un golpe de Estado con el objetivo de designar a un nuevo presidente.
Una vez enterado de esta conspiración en su contra, Morales puso sobre aviso a su Gabinete, no obstante, ninguno de sus ministros le llegó a creer. “Esto significa que con anticipación se prepararon usando el fraude, desconociendo o desautorizando la legitimidad del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y que finalmente se empezó el golpe”, ha apostillado.
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En otro momento de sus declaraciones, el exmandatario ha deplorado esta ruptura del hilo constitucional cuestionándola con una pregunta, “¿por qué tanto miedo a Evo?, si su peor delito ha sido defender los derechos de los humildes”.
El líder indígena, que tuvo que renunciar a su cargo el 10 de noviembre y marcharse a México como asilado político, ha expresado su firme interés de regresar a Bolivia, no obstante, ha denunciado que “por instrucción de Estados Unidos la derecha boliviana no quiere” que él retorne a su país.
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(...) Con anticipación se prepararon usando el fraude, desconociendo o desautorizando la legitimidad del Tribunal Supremo Electoral y que finalmente se empezó el golpe”, dice el presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, sobre el golpe de Estado urdida en su contra previa a las elecciones del octubre.
Sin embargo, ha enfatizado que no siente miedo para regresar pese a la notificación azul emitida en su contra por la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol).
Según Morales, esta alerta de seguridad pretende servir para “localizar, identificar u obtener información sobre una persona de interés en una investigación criminal”.
Dicho esto, ha dejado claro que él no es un corrupto y menos aún que haya cometido algún acto corruptivo y lo único que ha hecho ha sido denunciar en voz alta el golpe de Estado perpetrado en su contra.
Para el mantenimiento de la paz nacional, Morales renunció a la Presidencia de Bolivia, en medio de una arremetida golpista y violenta de la oposición, que se negó a reconocer su victoria electoral para un nuevo mandato, es decir, hasta 2025.
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