Mahinda Rajapaksa, hermano del presidente, presentó su dimisión al cargo del premier, luego de los acontecimientos violentos que se produjeron entre sus partidarios y los manifestantes opositores que colmaron las calles, por la delicada situación que atraviesa el país asiático y que exigían desde hace un mes el cese del mandato de ambos Rajapaksa.
Pese a la renuncia del premier, las tensiones siguen en aumento en Sri Lanka, donde los manifestantes antigubernamentales atacaron e incendiaron residencias de la familia Rajapaksa en la ciudad de Medamulana y en Colombo, la capital.
Los choques han dejado varios fallecidos y más de 100 heridos. Los graves hechos instaron a declarar un toque de queda indefinido. La policía trató además dispersar a multitudes con gas lacrimógeno y cañones de agua.
Desde hace meses, este pequeño país insular de 22 millones de habitantes del sur de Asia sufre de grave escasez de productos alimentarios, combustible y medicamentos.
Los ciudadanos se volcaron a las calles para pedir la renuncia de los hermanos Rajapaksa, a quienes culpan de acelerar la crisis de Sri Lanka con malas decisiones.
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