Según informan los medios locales, los manifestantes han bloqueado desde la mañana de este martes muchas de las principales carreteras de Tel Aviv, asimismo, la entrada al edificio del ministerio de asuntos militares de la entidad israelí.
Los indignados han impedido también el acceso a la bolsa de valores, por lo que ha revelado la primera perturbación financiera en los territorios ocupados.
Los medios locales, citando a la policía de Tel Aviv, han reportado hasta el momento el arresto de 17 manifestantes.
Los informes afirman que la policía ha advertido sobre la posibilidad de enfrentamientos físicos entre sus fuerzas y los manifestantes que se oponen a la reforma judicial.
Entre tanto, cientos de manifestantes se han concentrado en Tel Aviv frente a la sede de la mayor organización de sindicatos de Israel, histadrut, para reclamar a sus líderes a declarar una huelga general ante la polémica reforma.
Los organizadores de las marchas han convocado otras movilizaciones para los días del miércoles y el jueves frente a las casas de los miembros del parlamento y el jefe de histadrut.
Las protestas de esta jornada se centran en las estaciones de tren e intentos de bloqueo de los sitios web y programas de los servicios públicos.
Las calles de las ciudades israelíes están en llamas y hay elevadas cifras de manifestantes agredidos y golpeados por la brutalidad policial durante las protestas. Ante esta tesitura, el periodista Moshe Gorli avisó en una nota editorial que “estamos en el camino del conflicto entre nosotros y en un volcán que está a punto de entrar en erupción”.
Mientras al gabinete de Netanyahu se le escapa de las manos la situación, los indignados, que acusan la cúpula política de pisotear la supuesta democracia, siguen con el pie en el acelerador y la crisis se ahonda aún más.
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