Una avalancha humana ocurrió el jueves por la noche (hora local) tras un aparente estallido de pánico en un lugar en el que se hacinaban decenas de miles de ultraortodoxos judíos durante el festival religioso de Lag Ba’omer, celebrado cerca del monte de Al-Jarmaq, en el norte de los territorios ocupados palestinos.
Hasta el momento, 45 personas han muerto y 150 han resultado heridos. No obstante, es posible que aumente la cifra de los muertos debido a la gravedad de las lesiones sufridas por algunos participantes.
El primer ministro del régimen de ocupación de Tel Aviv ha visitado este viernes el lugar de la estampida, donde fue abucheado por familiares de las víctimas que celebraban una protesta en la zona.
Conforme a medios locales, los manifestantes arrojaron botellas vacías y gritaron insultos a Netanyahu por el incidente en el festival, que fue la primera gran reunión religiosa de los judíos desde que el régimen israelí levantó casi todas las restricciones relacionadas con la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
Netanyahu, ha descrito el incidente como “un terrible desastre” indicando que una investigación completa se está realizando para encontrar la razón de lo ocurrido.
Los israelíes ya están bastante enfurecidos por las políticas de su premier y durante los últimos meses, todos los sábados realizan protestas frente a la residencia de Netanyahu, en Al-Quds (Jerusalén), así como en otras partes los territorios ocupados palestinos.
Los manifestantes piden la renuncia de Netanyahu, que está acusado de una serie de casos de corrupción: recibió obsequios de amigos multimillonarios e intercambió favores con magnates de los medios de comunicación para una cobertura más favorable de su persona y su familia.
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