El rotativo Haaretz señaló el jueves que, en 2015, Barak creó una sociedad limitada con la que invirtió en la empresa emergente Reporty Homeland Security —cuyo nombre cambió el año pasado a Carbyne—, de la cual se convirtió en uno de sus principales accionistas.
Una parte considerable de la inversión, que ascendió a millones de dólares, provino del bolsillo de Epstein, por lo que el magnate financiero, de origen judío, se convirtió en su socio en la compañía, de la que actualmente Barak figura como presidente.
Las conexiones entre Epstein y Barak se revelaron a poco de más de dos meses de la celebración de nuevas elecciones en Israel, comicios que está previsto tengan lugar el 17 de septiembre. En dicho plebiscito concurrirá el expremier israelí al frente de un nuevo partido, Israel Democrático.
En los últimos días, Barak planteó que podría unir sus fuerzas con el partido Laborista o la formación opositora Meretz para crear un frente común con el objetivo de vencer al gobernante Likud, del actual primer ministro, Benjamín Netanyahu.
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Sin embargo, según medios israelíes, la fusión de Barak con estas formaciones ha perdido fuerza después de la revelación de sus lazos con Epstein, acusado el lunes por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York (EE.UU.) de haber creado una red de tráfico y abuso sexual de menores.
De acuerdo con la Fiscalía norteamericana, el multimillonario, amigo del presidente de EE.UU., Donald Trump, abusó de decenas de niñas durante más de una década en dos mansiones de su propiedad: una en Nueva York y la otra en Florida.
Ante el anuncio, Netanyahu pidió una “investigación inmediata” al expremier para esclarecer sus vínculos con Epstein.
Pese a los cargos de corrupción que pesan en su contra, Netanyahu busca ganar las citadas elecciones y permanecer en el puesto.
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