El portavoz adjunto del Ministerio de Defensa, Dawlat Waziri, en declaraciones formuladas ante los periodistas, puso de relieve que los reportes del Pentágono sobre el aumento de las bajas mortales entre las fuerzas afganas carecen de veracidad.
Según Waziri, mientras la cifra de muertos entre las fuerzas afganas ha crecido en el año en curso tan solo un 3 por ciento, el Departamento de Defensa de EE.UU. ha estimado esta cantidad en un 9 %.
El nuevo informe del Pentágono ha alegado que la debilidad administrativa en las instancias de seguridad de Afganistán y la escasez de armamento son las causas principales del aumento de las pérdidas entre sus fuerzas.
La Policía y el Ejército lanzaron en la madrugada del viernes una ofensiva con apoyo aéreo desde tres direcciones diferentes, y en la tarde, lograron recuperar el control de Dasht Archi, en la provincia de Kunduz (norte), resaltó Waziri, para mostrar así la capacidad ofensiva de sus fuerzas.
Washington mantendrá 9800 soldados en este país hasta finales de 2015, mientras que el presidente estadounidense, Barack Obama, había planificado reducir este número a 5000 para finales de año y retirarlos, completamente, a finales de 2016.
De acuerdo con los expertos, el reporte del Pentágono busca fortalecer la idea de la necesidad de la presencia de las fuerzas extranjeras en Afganistán, con el fin de mantener la seguridad del país asiático.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo. La ofensiva apartó del poder al grupo Talibán, pero la inseguridad, pese a la presencia de miles de soldados extranjeros, sigue ausente en todo el territorio.
El aumento en la cifra de muertos y atentados ha puesto de relieve que los soldados estadounidenses que continúan en territorio afgano, según Washington, para entrenar a las fuerzas del país y luchar contra Al-Qaeda y el grupo Talibán no han conseguido sus objetivos de paz.
El mismo grupo Talibán ha afirmado que la presencia de 9800 soldados en Afganistán hasta fines de 2015 compromete las "posibilidades" de paz en el país asiático.
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