• Las fuerzas estadounidenses se preparan para salir de la ciudad afgana de Kandahar.
Publicada: sábado, 26 de agosto de 2017 17:38
Actualizada: sábado, 26 de agosto de 2017 22:39

Afganistán quiere la ayuda de Rusia para restablecer la paz en el país devastado por la guerra y no la de EE.UU., dice el embajador afgano en Rusia.

“Desde hace mucho queríamos que las tropas de EE.UU. y de otros países occidentales, que tienen buenas relaciones con Afganistán, se fueran de Afganistán”, ha precisado Abdul Qayum Kochai durante una entrevista concedida este sábado a la agencia de noticias rusa Sputnik.

En este sentido, el diplomático afgano ha subrayado que Kabul quiere que sus relaciones con Moscú sean muy buenas, aunque durante la historia de sus relaciones bilaterales hubo ciertos problemas.

En alusión a la nueva estrategia de Washington en Afganistán, Kochai ha hecho hincapié en que las fuerzas gubernamentales son capaces de hacer frente a los grupos terroristas EIIL (Daesh, en árabe) y Taliban sin la ayuda de Estados Unidos. "Tenemos militares muy fuertes que luchan contra el terrorismo", ha indicado el diplomático.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció el lunes la nueva estrategia para Afganistán, que extiende los poderes de sus fuerzas en el país, subrayando que Washington no prevé notificar la cantidad de efectivos que participan en las misiones contra el terrorismo ni los planes militares en general.

Desde hace mucho queríamos que las tropas de EE.UU. y de otros países occidentales, que tienen buenas relaciones con Afganistán, se fueran de Afganistán”, dice el embajador afgano en Rusia, Abdul Qayum Kochai.

Trump también rechazó una retirada rápida de los militares estadounidenses del país asiático, al advertir que “crearía un vacío que aprovecharían los terroristas”.

Resumiendo la estrategia política en Afganistán y Asia del Sur, el presidente estadounidense no dijo cuánto tiempo permanecerán las nuevas fuerzas y cuál es el objetivo final

Según las estimaciones de las instituciones estadounidenses, las fuerzas afganas, apoyadas por los militares de EE.UU. hace más de 16 años, controlan menos del 60 % de Afganistán, mientras que el resto del país está en disputa o bajo el control de los insurgentes.

Tras la invasión de Afganistán por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 2001, el país sufre de muchos problemas de seguridad y además, el grupo terrorista EIIL, que está activo en Siria e Irak, ha logrado recientemente reclutar a muchas personas allí.

El incremento de la cifra de militares podría empeorar la situación, ya que el número total de civiles muertos y heridos se ha elevado cada año tras el aumento, anunciado en 2009 por Barack Obama, el expresidente de EE.UU., de las fuerzas estadounidenses en Afganistán. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para mediados de 2017 hubo 1662 civiles muertos y 3581 heridos. Hasta el momento, el conflicto armado ha acabado con la vida de 26.512 civiles y ha dejado 48.931 heridos desde 2009.

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