Una fuente del ministerio de Asuntos Exteriores de Siria, citado por la agencia estatal SANA, insta a “la inmediata e incondicional” retirada total de las fuerzas turcas desplegadas en la mencionada provincia de Siria.
Del mismo modo advierte de que la presencia de las tropas turcas en su territorio nacional es un crimen y una agresión flagrante, a los que Damasco se reserva el derecho de responder.
Además recuerda que el despliegue militar turco va en contra de la voluntad del Gobierno de Damasco y que su presencia militar en suelo sirio viola las leyes y las normativas internacionales.
“Es una flagrante agresión contra la soberanía y la seguridad de Siria, amén de una violación de las leyes y reglamentos internacionales”, insiste la fuente.
El primer convoy militar turco —escoltado por el grupo terrorista Hayat Tahrir al-Sham (HTS)— entró en territorio sirio el jueves, después de que Ankara anunciara el día anterior del inicio de una operación militar en Idlib y en sus alrededores encaminada a reforzar una “zona segura” en el noroeste de Siria.
Es una flagrante agresión contra la soberanía y la seguridad de Siria, amén de una violación de las leyes y reglamentos internacionales”, ha dicho una fuente de la Cancillería siria citada por la agencia oficial SANA.
La zona es una de las cuatro áreas acordadas durante las negociaciones de Astaná para reducir el conflicto armado entre los llamados “rebeldes”, incluidos los combatientes respaldados por Turquía, y las fuerzas del Ejército sirio y sus aliados.
No obstante, el oficial sirio consultado por SANA asegura que el despliegue militar turco viola el acuerdo alcanzado en Astaná y que las fuerzas turcas no tienen derecho alguno a adentrarse en zonas no previstas en el acuerdo.
En marzo, Turquía puso fin a su operación militar llamada Escudo del Éufrates, que, a juicio de Ankara, trataba de “frustrar la amenaza procedente del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe)”. Dicha operación fue criticada duramente por Damasco.
Mientras tanto, muchos analistas creen que la operación turca en suelo sirio tenía como objetivo evitar una mayor influencia de las Unidades de Protección Popular (YPG) y de sus aliados en el norte de Siria. Ankara teme que el fortalecimiento de las YPG en el norte de Siria anime a su propia insurgencia kurda (Partido de los Trabajadores del Kurdistán, conocido como el PKK), a la que combate desde hace décadas en el sureste de Turquía y considera un grupo terrorista.
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