Medios sirios han informado este miércoles de que las fuerzas sirias se han hecho con el control de los pueblos de Beit Sabr, Kafr Haur y Beit Timah. Durante las operaciones antiterroristas, varios extremistas se han rendido ante el Ejército sirio y han depuesto las armas.
Los terroristas rendidos se han acogido a la amnistía general propuesta por el Gobierno sirio y han abandonado el Golán hacia la provincia de Idlib (noroeste). Además, los terroristas que operan en las localidades de Kanakir, Beit Yinn y Zakiyah están ahora también en negociaciones con el Ejército para entregarse, han explicado.
Sin embargo, a nivel estratégico, el nuevo logro del Ejército sirio en los altos de Golán ha generado preocupaciones entre los israelíes, que ven que la frontera entre las dos zonas de la meseta del Golán (la liberada y la ocupada por Israel) volverá a estar bajo el dominio de las fuerzas sirias y los combatientes del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
Esto también ha disipado, de acuerdo con medios israelíes, la posibilidad de derrocar al Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad. Un reciente estudio del centro Moshe Dayan afirma que la victoria del Ejército sirio se ha dejado sentir en la frontera del Golán y que los grupos extremistas activos en esta zona están en vías de desaparición.
El estudio aboga por una intervención militar israelí a favor de los milicianos sirios, aunque esto llevaría a una implicación más amplia del régimen israelí en la guerra de Siria, y a un posible choque con Hezbolá y con Irán.
Desde la aparición terrorista en Siria, el régimen de Tel Aviv, denunciado por Siria como uno de los patrocinadores del terrorismo en Oriente Medio, no ha escatimado esfuerzos para allanar el camino del derrocamiento de Al-Asad.
Para el logro de tal objetivo, ha recurrido a un gran número de estrategias y no ha dudado en armar a los terroristas, atender en sus hospitales a los combatientes de varios de sus grupos y atacar las posiciones de las Fuerzas Armadas sirias.
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