• El ministro de energía del régimen israelí, Yuval Steinitz.
Publicada: lunes, 12 de septiembre de 2016 15:23
Actualizada: lunes, 12 de septiembre de 2016 18:14

El ministro de energía del régimen israelí, Yuval Steinitz, declaró el domingo que el cese del fuego acordado para la crisis siria, “no es bien visto por Israel”.

A pesar de que el cese de hostilidades pondría fin a un conflicto armado de más de cinco años en Siria, esta medida está mal vista por Israel”, indicó Steinitz en declaraciones a la radio israelí, citadas por la página de la cadena catarí de noticias Al-Jazeera.

El sábado, el secretario de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov alcanzaron un alto el fuego en Siria, que permite a Damasco continuar sus ataques contra el grupo extremista EIIL (Daesh, en árabe) e integrantes del grupo Fath al-Sham (anteriormente Frente Al-Nusra).

A pesar de que el cese de hostilidades pondría fin a un conflicto armado de más de cinco años en Siria, esta medida está mal vista por Israel”, indicó el ministro de energía del régimen israelí, Yuval Steinitz.

El acuerdo de paz podría empujar a Siria hacia el chiísmo y convertirla en un campamento de los enemigos de Israel, es decir Irán, y el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), ya que la tregua les permite mantener sus Fuerzas Armadas en los aeropuertos y bases militares sirios desde donde apuntan sus misiles hacia los territorios palestinos ocupados, ha alegado.

El funcionario israelí hizo estas declaraciones en momentos en que tanto la comunidad internacional como las partes involucradas en el conflicto sirio, es decir Damasco, y sus principales aliados —Rusia, Irán y Hezbolá—  y grupos de la llamada oposición siria han respaldado el plan.

 

En paralelo al alto el fuego general, los contendientes han de permitir el tráfico libre de ayuda humanitaria, especialmente en las zonas asediadas.  

Estas dos condiciones, con definiciones más o menos amplias, ya integraban acuerdos anunciados en el pasado y jamás se han cumplido, generando así acusaciones mutuas de falta de compromiso. Resultado, además, de la multiplicidad de grupos armados y orientación política que componen los frentes, sobre todo los opositores.

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