“La acumulación militar de la OTAN cerca de las fronteras rusas es sin duda un intento por incitar a Rusia a que tome contramedidas”, ha resaltado una fuente en el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, bajo condición de anonimato.
La acumulación militar de la OTAN cerca de las fronteras rusas es sin duda un intento por incitar a Rusia a que tome contramedidas”, ha resaltado una fuente en la Cancillería rusa.
La fuente ha dicho a la agencia rusa de noticias RIA Novosti que Moscú está preocupado por el incremento de armamentos de la OTAN en algunos países europeos y, también, planea analizar las estrategias de este despliegue, para ver si violan el Acta Fundacional entre Rusia y la OTAN.
La Acta se compromete explícitamente a que la alianza no desplegará de forma permanente fuerzas sustanciales de combate en Europa Oriental y Central.
El funcionario, también, ha añadido que el Kremlin ha subrayado, en reiteradas ocasiones, que el despliegue rotacional de fuerzas de la OTAN no es diferente de un despliegue permanente.
Los planes de Washington para equipar militarmente a un número de países europeos, también, fueron anunciados en la misma jornada por el secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter.
El mismo día, por su parte, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, advirtió que el sistema de defensa antimisiles de la Alianza apunta hacia Rusia y China.
Tales declaraciones se producen en momentos en que el secretario general del bloque militar, Jens Stoltenberg, anunció el martes el aumento de la Fuerza de Respuesta Rápida, creada en 2002 para enfrentar posibles situaciones de crisis.
Ante tales amenazas, los altos funcionarios no se han quedado en silencio. El martes, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, subrayó que si la OTAN amenaza a su país, responderán debidamente.
El pasado 4 de mayo, la OTAN inició uno de sus más amplios ejercicios antisubmarinos en el mar del Norte, en medio de las crecientes tensiones con Rusia por la crisis ucraniana. Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Letonia, Polonia y Suecia participaron en esa maniobra realizada en Estonia, Lituania y Noruega cerca de las fronteras de Rusia, en víspera del llamado Día de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial.
Tras el agravamiento de la situación en Ucrania, la Alianza Atlántica aumentó su actividad naval cerca de las fronteras con Rusia, en particular en los mares Negro y Báltico, bajo el pretexto de garantizar la seguridad de los países de la zona.
Las relaciones de Rusia con Occidente se han deteriorado en gran medida, aparentemente, por la crisis de Ucrania.
Kiev, con la ayuda de Washington, ha lanzado múltiples operaciones militares para aplastar a los independentistas, que han dejado numerosos civiles muertos.
El conflicto, hasta el momento, se ha saldado con más de 6400 muertos y ha dejado 1,3 millones de desplazados internos.
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