“Rusia como un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y un miembro del Cuarteto de Oriente Medio está interesado en crear condiciones para que Israel y Palestina puedan reanudar el proceso de paz (bilateral)”, ha indicado este jueves el canciller ruso, Serguei Lavrov.
Rusia como un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y un miembro del Cuarteto de Oriente Medio está interesado en crear condiciones para que Israel y Palestina puedan reanudar el proceso de paz”, ha indicado el canciller ruso, Serguei Lavrov.
En una reunión mantenida con Dore Gold, director general del ministerio de asuntos exteriores del régimen de Israel, Lavrov ha dicho que Moscú desea ver materializado el objetivo “común” de la creación de dos estados que mantengan una relación llena de paz y seguridad con todos los vecinos.
El jefe de la Diplomacia rusa además ha comentado que una cooperación conjunta con las autoridades israelíes para rechazar cualquier manifestación de xenofobia y odio étnico se hace cada vez más importante, en un intento por impedir la repetición de los resultados de la segunda Guerra Mundial.
En una rueda de prensa celebrada luego del encuentro, Lavrov ha añadido que las partes además han abordado los acontecimientos a nivel internacional, en especial los avatares en la región de Oriente Medio.
Gold por su parte, ha exigido a Moscú aunar esfuerzos para la “seguridad” y “estabilidad” de la región. “Vamos a trabajar juntos”, dice el funcionario israelí.
Después de tres años de interrupción, israelíes y palestinos retomaron las llamadas negociaciones de paz en julio de 2013, con la mediación de Estados Unidos, pero todavía no han llegado a un acuerdo por el obstruccionismo de la parte israelí.
Los palestinos no obstante, no ven con buenos ojos volver a la mesa de conversaciones con el régimen de Tel Aviv, para lo cual exigen la materialización de dos condiciones: suspender las construcciones ilegales y acabar con la ocupación.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la mayoría de los países consideran los asentamientos israelíes como ilegales porque los territorios fueron capturados por el régimen israelí en la guerra de 1967 y están, por lo tanto, sujetos a los Convenios de Ginebra que prohíben construir en territorios ocupados.
Más de medio millón de israelíes viven en 120 asentamientos ilegales construidos desde la ocupación de los territorios palestinos de Cisjordania y el este de Al-Quds (Jerusalén).
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