“La crisis del coronavirus (COVID-19) ha aumentado los fallos del sistema internacional e incluso ha afianzado la posibilidad del establecimiento de un orden multipolar centrado en las potencias asiáticas (…) La crisis del coronavirus acelera el declive de EE.UU. y su debilitamiento”, ha declarado este martes el asesor del Líder de la Revolución Islámica de Irán para Asuntos Militares, el general de división Yahya Rahim Safavi.
En una reunión organizada para abordar los efectos del nuevo coronavirus en las ecuaciones globales y las políticas regionales, Rahim Safavi ha asegurado que EE.UU. se encuentra actualmente en un “cuello de botella estratégico” en la escena mundial, lo que ha llevado a Washington a recurrir a la guerra psicológica en un esfuerzo por “mantener la ventaja” y “no perder su potencial” de poder intimidar a sus rivales.
Esto mientras, ha proseguido, EE.UU. “actualmente se encuentra en el nivel más alto de vulnerabilidad, apatía y desgaste”.
Al afianzar sus declaraciones, el responsable persa ha recordado cómo Washington se ha visto obligado a retirarse de Irak “en contra de su voluntad”.
El asesor del Líder de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, ha pronosticado, del mismo modo, que EE.UU. se retirará de Afganistán y Siria en paralelo a su repliegue de Irak, lo que derivará en que la situación de “la presencia de bases de EE.UU. en Asia Occidental experimente una gran diferencia” y, además, “posibilitará la huida de EE.UU. de esta región”.
Para Rahim Safavi, todo eso demuestra que EE.UU. “se enfrenta a graves desafíos”, no solo en la gestión de la crisis de la COVID-19, sino también en la escena militar y en sus intentos por perseguir sus políticas militares y de seguridad en el mundo.
De hecho, la COVID-19 ha causado que se conozca la verdadera imagen de EE.UU., mucho más diferente de la idea que buscaba afianzar este país después de la II Guerra Mundial, es decir, “ser un actor central en la resolución de crisis mundiales”, ha aseverado.
EE.UU., que sigue siendo el país más afectado por la COVID-19, se enfrenta a una crisis a nivel nacional dados los desafíos políticos y económicos provocados por la pandemia.
Entretanto, la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, ha ignorado los llamamientos para crear una fuerza de trabajo o coalición global para encarar la crisis sanitaria, y tampoco ha aceptado aliviar su política de sanciones para ayudar a la contención global del coronavirus.
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