El representante permanente de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Qolamali Joshru, ha adelantado este jueves la decisión de la OCI para formar un grupo de contacto a nivel de ministros y embajadores para abordar de manera urgente la crisis en Myanmar y el repunte de la violencia contra la minoría musulmana Rohingya en este país.
Mientras tanto, los países musulmanes han iniciado contactos bilaterales con las partes en el conflicto, ha precisado el diplomático en una entrevista exclusiva con la agencia oficial IRNA, considerando el asunto un “tema muy urgente de la comunidad internacional que requiere una acción rápida”.
El embajador iraní ha repudiado los crímenes cometidos por el Ejército de Myanmar (Birmania) contra los musulmanes rohingyas —incluidos el desplazamiento forzado, la quema de viviendas y propiedades, y ataques por razón de creencia religiosa—, advirtiendo que allí la “catástrofe humanitaria es inminente”.
El primer paso debe ser acabar con las presiones y el segundo debe incluir el envío de las ayudas humanitarias a los residentes de esta región”, ha dicho el representante permanente de Irán ante la ONU, Qolamali Joshruen, en alusión a la represión en curso contra la comunidad musulmana Rohingya, cercada en el estado remoto de Rajine, en el noroeste de Mynamar.
“El primer paso debe ser acabar con las presiones y el segundo debe incluir el envío de las ayudas humanitarias a los residentes de esta región”, ha agregado Joshru en alusión a la represión en curso contra la comunidad musulmana Rohingya, cercada en el estado remoto de Rajine, en el noroeste de Mynamar.
El diplomático persa ha pedido además, “un esfuerzo colectivo para atajar la violencia” en Rajine, adelantando la decisión de Teherán para enviar ayuda humanitaria a través de la Sociedad de la Media Luna Roja a los desplazados rohingyas.
Hasta 300.000 musulmanes rohingyas podrían terminar huyendo de la escalada de violencia registrada desde hace casi dos semanas en la zona noroeste de Myanmar, fronteriza con Bangladés, según una estimación de la ONU que eleva a 146.000 el número de personas que ya han cruzado la frontera.
Un portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Bangladés, Dipayan Bhattacharyya, ha advertido de que los desplazados rohingyas llegan “visiblemente hambrientos, traumatizados”. “No han tenido un suministro normal de comida posiblemente desde hace más de un mes”, ha señalado.
La ONU advierte que la violencia, que ha cobrado hasta el momento más de 400 vidas, podría producir una “catástrofe humanitaria” y desestabilizar toda la región.
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