De acuerdo a los datos desclasificados en marzo por un exmiembro del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), entre principios de 2013 y finales de 2014, el grupo reclutó a 3803 extranjeros.
Los potenciales miembros eran entrevistados casi sin excepción, y para ser reclutados en Irak y Siria debían haber cumplido ciertos niveles de educación en su país de origen, fuesen de Europa, África o cualquier lugar de Oriente Medio.
Hemos hallado que Daesh no reclutaba sus fuerzas extranjeras entre los pobres y menos educados, todo lo contrario (…) Los reclutados extranjeros de Oriente Medio, norte de África y del este y sur de Asia están mejor preparados académicamente que sus compañeros de la región”, se lee en el informe del Banco Mundial.
“Hemos averiguado que Daesh no reclutaba sus fuerzas extranjeras entre los pobres menos educados, todo lo contrario (…) Los reclutados extranjeros de Oriente Medio, norte de África y del este y sur de Asia están mejor preparados académicamente que sus compañeros de la región”, se lee en el informe de BM publicado el miércoles.
Según los resultados del estudio titulado "La Economía y la Inclusión Social para Prevenir Extremismo Violento”, el 69% de los reclutados ha cumplido, al menos, la educación secundaria, mientras que el 15% ha dejado la escuela antes de finalizarla y solo el 2% es analfabeto.
Basándose en los documentos infiltrados de Daesh, de un total de 331 nuevos combatientes solo un 17% no ha terminado la educación secundaria, mientras que el resto tenía grados universitarios. El estudio señala solo los que provenían de Europa del Este estaban por debajo de la educación media.
Además, la mayoría de estos reclutados, según se informa, tenía trabajo antes de viajar a los territorios ocupados por Daesh.
Al indicar que un 30% de los reclutados exige ocupar ciertos cargos dentro de la banda terrorista, el informe agrega que uno de cada nueve reclutados se había mostrado voluntario a realizar ataques suicidas, en tanto que otros del mismo nivel educativo demandaban cargos administrativos.
Los resultados de este estudio demuestran que la pobreza y el aislamiento no son razones para convertirse en extremista y apoyar a este grupo ultraviolento.
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