La secretaría de la administración fiduciaria del mausoleo de Imam Husein (la paz sea con él) barajó la posibilidad de que EE.UU. podría haber usado el viernes armas prohibidas, como las biológicas y microbios, en un ataque que lanzó contra el aludido aeropuerto que se encontraba en fase de construcción en la ciudad santa de Karbala.
En un comunicado, recogido el martes por el medio local Mawazin News, la referida entidad del mausoleo de Imam Husein (P) y la empresa constructora del aeropuerto expresaron su voluntad de cooperar con los organismos oficiales y gubernamentales del país para corroborar si Washington usó armas biológicas y microbios contra el sitio.
Al respecto, el alto ente religioso hizo notar que además ha pedido a la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Irak (UNAMI, por sus siglas en inglés) que envíe una delegación de inspectores al aeropuerto atacado.
La administración fiduciaria, asimismo, anunció que presentará una demanda ante los tribunales internacionales para denunciar el bombardeo.
Tras el ataque del 13 de marzo, una fuente militar, que pidió permanecer en el anonimato, indicó a la agencia francesa de noticias AFP que los ataques de Washington se realizaron “en represalia” a un “ataque” lanzado dos días antes contra la base militar de Al-Tayi, que alberga tropas extranjeras, cerca de Bagdad, la capital iraquí.
Aunque ningún grupo había aceptado, en un principio, la autoría de esta arremetida, Washington apuntó el dedo acusador hacia las Unidades de Movilización Popular (UMP o Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), como viene siendo habitual.
Las pugnas entre las fuerzas extranjeras y las iraquíes en los últimos días han agravado la situación, al punto de que las actividades consulares de EE.UU. en el país árabe se han reducido al mínimo.
Las fuerzas estadounidenses y sus aliados ocuparon Irak en 2003 y se niegan a abandonar el país, pese al deseo de los iraquíes. Distintos analistas y expertos coinciden en que EE.UU. y sus aliados no pueden quejarse de sufrir ataques en Irak. Si no desean sufrirlos, deberían respetar la voluntad de los iraquíes y abandonar el país rico en recursos petrolíferos.
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