“Le sugeriría al Gobierno que mejor repita la elección presidencial, con calma y que se retome todo a la normalidad”, aseveró el sábado el candidato de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla, en declaraciones a los medios locales.
Tras los comicios electorales del pasado 26 de noviembre, Honduras ha estado prácticamente paralizada debido a las manifestaciones de los simpatizantes del izquierdista Nasralla, quien denuncia que ha habido manipulación de las actas electorales a favor del actual presidente, Juan Orlando Hernández.
Mientras el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras sigue tardando en dar los resultados oficiales transcurrida casi una semana de las elecciones, Nasralla alegó que ya todo el mundo sabe que en este país centroamericano ha tenido lugar “un golpe de Estado”.
Conforme al último conteo publicado por el TSE de Honduras, Hernández encabeza los comicios con el 42,92 % de los votos, frente a Nasralla que alcanza el 41,42 % en base al 94,35 % de los votos escrutados, un resultado desconocido por Nasralla y sus partidarios.
Le sugeriría al Gobierno que mejor repita la elección presidencial, con calma y que se retome toda a la normalidad”, asevera el candidato de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla.
Al subrayar que “el mundo entero no va a reconocer estas elecciones”, el representante de la izquierda aseguró que aventaja con “más de 200.000” votos a su rival oficialista.
Sobre las protestas callejeras postelectorales, Nasralla adujo que el principal culpable de la violencia desatada en las marchas es el actual presidente, por querer permanecer en el poder.
El TSE que ha demorado en anunciar los resultados definitivos y dar a conocer al ganador y el nuevo mandatario del país, tiene previsto llevar a cabo un escrutinio especial a más de un millar de actas inconsistentes por el estrecho margen entre los dos aspirantes, pero Nasralla pide la revisión de 5200 actas.
El viernes, el Consejo de Ministros de Honduras suspendió varias garantías constitucionales y decretó el estado de excepción, así como el toque de queda, que regirá durante diez días, para controlar las movilizaciones opositoras, en las que han muerto siete personas, según los medios locales.
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