Centenares de personas de todas las edades han pasado la noche en colegios electorales para custodiarlos y permitir que se pueda votar en la consulta a pesar de las órdenes de la juez de precintar los centros el día de la votación. Con actos festivos y lúdicos, los activistas han apostado por la resistencia pacífica para garantizar el voto.
Los Mossos d'Esquadra (Policía catalana) con la instrucción de usar la fuerza sólo si es estrictamente necesario, han acudido a los colegios para avisar del desalojo de los centros la jornada del referéndum. La Guardia Civil y la Policía Nacional, por su parte, han dejado el puerto de Barcelona y han empezado a tomar posiciones.
La líder de la oposición en Cataluña y responsable de Ciutadans, Inés Arrimadas, ha denunciado en la Fiscalía de Menores a la Generalitat por la utilización de niños en la ocupación de los colegios.
Arrimadas también se ha alineado con la última decisión judicial de bloquear las bases de datos informáticas de la Generalitat para impedir el voto telemático y el recuento final del referéndum. El Gobierno catalán, sin embargo, ha asegurado que esta acción no afectará a la logística del referéndum.
Por su parte, el independentismo en su objetivo de intentar ofrecer todas las garantías posibles, ha invitado a distintas delegaciones internacionales para que supervisen el desarrollo de la votación. La Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), por ejemplo, ha recibido a más de 200 personas de países como Alemania, Suiza, Italia o Dinamarca, entre otros.
Oriol Puig, Barcelona.
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