Seyed Hasan Nasrolá, líder del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), ha achacado este miércoles los actos del régimen de Tel Aviv en la mezquita a esa normalización y a de los llamados "planes de paz entre israelíes y palestinos".
Nasrolá ha enfatizado, no obstante, que los planes de Israel en la Mezquita Al-Aqsa han fracasado, gracias a la condena internacional y a la asistencia masiva de la población palestina al lugar sagrado.
El dirigente libanés ha hecho estas declaraciones en Beirut, capital de El Líbano, en una reunión con Husein Amir Abdolahian, asesor especial en asuntos internacionales del presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), Ali Lariyani.
"Los sionistas están tratando de usar todos los medios posibles para normalizar sus lazos con ciertos países de la región y el mundo árabe y, al mismo tiempo, están tomando medidas para hacer colapsar a esos países", ha advertido Nasrolá.
Los sionistas están tratando de usar todos los medios posibles para normalizar sus lazos con ciertos países de la región y el mundo árabe y, al mismo tiempo, están tomando medidas para hacer colapsar a esos países", ha asegurado el secretario general de Hezbolá, Seyed Hasan Nasrolá.
Igualmente ha advertido una vez más de los complots para dividir Oriente Medio y alterar el mapa geográfico de la región y del mundo musulmán, asegurando que tales planes están diseñados para ayudar al enemigo a alcanzar sus metas.
El máximo responsable de Hezbolá también ha elogiado el papel del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, en la identificación de tales complots maléficos de los enemigos contra la región y el mundo musulmán, así como en la oposición a los mismos, y ha señalado que la resistencia en Palestina, Siria y El Líbano está directamente vinculada a la estabilidad y seguridad regional.
El funcionario iraní, por su parte, ha alabado la contribución de Hezbolá a la seguridad de la región y ha asegurado que además de su asistencia a la campaña contra el terrorismo, Irán emplea toda su capacidad diplomática para impulsar soluciones políticas "realistas y justas" a los conflictos de la región, incluidos los de Siria y Yemen.
Las tensiones han aumentado en Cisjordania y Al-Quds (Jerusalén) entre las fuerzas de ocupación israelíes y los palestinos desde la imposición por el régimen de Tel Aviv de duras y polémicas restricciones en la Mezquita Al-Aqsa, finalmente retiradas el 26 de julio. Los enfrentamientos han dejado varios muertos, más de 1090 heridos y centenares de detenidos.
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