• El presidente estadounidense, Donald Trump, ofrece un discurso en la Casa Blanca, Washington (capital de EE.UU.), 10 de abril de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: domingo, 12 de abril de 2020 22:01

Debido a medidas hostiles e imprudentes de Donald Trump, ahora muchos países europeos lo consideran como una amenaza y alguien en quien no se puede confiar.

Según un artículo publicado este domingo por el portal del diario británico The Guardian, la mala gestión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ante la crisis de la pandemia del nuevo coronavirus, conocido como COVID-19, que una vez desestimó como un “engaño”, ha sido duramente criticada en su país y el pueblo estadounidense lo califican de negligencia e irresponsabilidad del Gobierno.

Sin embargo, según el diario, esta situación también está desarrollando un desastre paralelo en todo el mundo: la ruina de la reputación de Estados Unidos como un líder y socio internacional seguro, confiable y competente.

Stephen Walt, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Harvard (EE.UU.), a su vez, escribió en una nota que “la reacción egoísta, desordenada y sorda de la Administración de Trump [a COVID-19] terminará costando a los estadounidenses billones de dólares y miles de muertes que de otro modo podrían evitarse”. A continuación, el profesor universitario añade que este cambio adverso podría ser permanente.

Por lo tanto, según Walt, el comportamiento errático, tolerado en el pasado, ahora se considera francamente peligroso. Durante mucho tiempo ha estado claro, al menos para muchos en Europa, que no se podía confiar en Trump, y ahora, él es visto como una amenaza. No se trata solo de un liderazgo fallido, sino de acciones abiertamente hostiles e imprudentes”.

 

Desde que Trump asumió el cargo en 2017, ha insultado a los amigos de EE.UU., ha socavado las alianzas multilaterales y ha elegido la confrontación sobre la cooperación. Por otro lado, las sanciones, embargos y boicots dirigidos a China, Irán y Europa también han sido globalmente divisivos.

No obstante, la ineptitud y deshonestidad del gobernante neoyorquino en el manejo de la pandemia, que ha dejado a los observadores extranjeros y a los estadounidenses incrédulos, está demostrando un puente demasiado lejos.

La semana pasada, las autoridades alemanas denunciaron que un cargamento de 200 mil mascarillas para la Policía de Berlín fue confiscado en Bangkok, la capital de Tailandia, y acusaron a EE.UU. de ser el autor de la “piratería moderna” que usando métodos del salvaje oeste se apropie del material en medio de la pandemia.

El egoísmo y las medidas hostiles de Estados Unidos han afectado, asimismo, a Francia, país que ha denunciado que Washington compró un avión cargado de mascarillas producidas en China que estaba a punto de partir hacia el país galo. Por si fuera poco, el 4 de abril, Trump ordenó a las empresas de su país dejar de exportar mascarillas a Canadá y América Latina.

Otra de las acciones egoístas del inquilino de la Casa Blanca que enojó a Europa fue la medida unilateral de su Gobierno para prohibir los viajes de Europa a Estados Unidos sin ninguna consulta con los europeos o incluso justificación científica.

Una nueva encuesta revela que el 54 % de los estadounidenses no están satisfechos con las medidas del Gobierno de EE.UU. para frenar la propagación del COVID-19, y, de igual modo, según otro sondeo, difundido el jueves por la cadena estadounidense CNN, el exvicepresidente Joe Biden aparece con una ventaja del 11 % sobre Trump de cara a las Presidenciales.

La pandemia sigue propagándose muy rápido en el mundo, y ha infectado, hasta el momento, a más de 1,8 millones de personas en todo el orbe. Estados Unidos, a pesar de todo lo expuesto, con más de 557 000 casos diagnosticados y 21 952 muertes se ha convertido en el epicentro de la enfermedad.

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