“El Departamento de Estado ha determinado que el serio riesgo de arresto y detención de larga duración para los originarios de Estados Unidos pone en un inminente peligro la integridad física de los estadounidenses que viajan a o por la República Popular Democrática de Corea”, reza un comunicado emitido el miércoles por el Departamento de Estado de EE.UU.
La nota insta además, a todas las personas con pasaporte estadounidense —que se encuentran actualmente en Corea del Norte— a abandonar este país en la fecha límite (hasta el 1 de septiembre), alertando que sus documentos serán inválidos a partir de esa fecha.
Según la nota, los periodistas, los empleados de la Cruz Roja y otros trabajadores humanitarios quedan exentos de esta restricción de viaje, pero ellos tampoco podrán viajar a Corea del Norte sin previo aviso y obtención del permiso. En ausencia de tal permiso, “todos los pasaportes de Estados Unidos son declarados inválidos para viajar a, dentro o a través” del territorio norcoreano.
El aviso mantiene la posibilidad de ir a Pyongyang (capital norcoreana) bajo algunas “circunstancias muy limitadas”, cuya lista no se especifica. Para ello, será imprescindible solicitar un “permiso especial” en el Departamento de Estado estadounidense.
El Departamento de Estado ha determinado que el serio riesgo de arresto y detención de larga duración para los originarios de Estados Unidos pone en un inminente peligro la integridad física de los estadounidenses que viajan a o por la República Popular Democrática de Corea”, reza un comunicado emitido por el Departamento de Estado de EE.UU.
La nueva alerta de viaje fue emitida la misma jornada que el presidente estadounidense, Donald Trump, ratificó una polémica ley sobre sanciones aprobada por el Congreso contra Corea del Norte, Rusia e Irán.
Las nuevas restricciones unilaterales impuestas contra Pyongyang, responden, según las autoridades estadounidenses, al desarrollo de las armas nucleares y ensayos recientes por este país de misiles balísticos intercontinentales, “con capacidad de alcanzar todo el territorio estadounidense”.
Corea del Norte amenazó a su vez, el pasado 30 de julio, con castigar a EE.UU. con una “acción contundente y justa” si éste “insiste en sus aventuras militares y en sus planes de sanciones superintensivas” contra los norcoreanos.
Pyongyang, inquieto por los actos hostiles de la Casa Blanca en su contra, entre ellos los simulacros de EE.UU. y Corea del Sur cerca de sus territorios, promete seguir con el desarrollo de su programa de misiles y afirma no ponerle fin hasta que su enemigo cese sus animocidades contra el país asiático.
ftm/ktg/krd/tas