Amnistía Internacional (AI) hizo esta revelación el miércoles, tras recibir una autoría del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) que había solicitado desclasificar en virtud de la Ley sobre Libertad de Acceso a la Información.
El documento, fechado en septiembre de 2016, evidencia que el Pentágono “no llevó un registro preciso y actualizado de la cantidad y la situación” de las ingentes cantidades de materiales militares transferidos a Irak y Kuwait para aprovisionar al Ejército iraquí.
“Esta auditoría ofrece una visión preocupante del sistema defectuoso —y potencialmente peligroso— del Ejército estadounidense para controlar transferencias de armas por valor de millones de dólares a una región tremendamente inestable”, explica Patrick Wilcken, investigador de AI sobre Control de Armas y Derechos Humanos.
A continuación, el organismo internacional recuerda el “largo historial” de desvío de armas estadounidenses a los grupos armados que cometen crímenes de lesa humanidad en Irak y asegura que muchos de estos armamentos llegaron a manos del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Esta auditoría ofrece una visión preocupante del sistema defectuoso —y potencialmente peligroso— del Ejército estadounidense para controlar transferencias de armas por valor de millones de dólares a una región tremendamente inestable”, explica Patrick Wilcken, investigador de la Amnistía Internacional (AI) sobre Control de Armas y Derechos Humanos.
El texto detalla, asimismo, que el material transferido incluía decenas de miles de fusiles de asalto (por valor de 28 millones de dólares), cientos de proyectiles de mortero y cientos de vehículos blindados Humvee, que debían estar al acceso de las fuerzas iraquíes que luchan contra los terroristas en el centro del país árabe.
No se trata de la primera vez que EE.UU. pierde el rastro de las armas que manda a las tropas iraquíes. Testigos y fuentes locales han afirmado en reiteradas ocasiones que las armas norteamericanas acaban en manos de los terroristas.
Por otra parte, hay informes de que aviones estadounidenses arrojan en paracaídas armas para los terroristas de Daesh en Mosul (norte de Irak), mientras el Ejército y las fuerzas populares de Irak luchan intensamente para retomar el control de esta ciudad. De hecho, conforme a las autoridades iraquíes, Daesh solo controla el 2 % de Mosul —unos 12 kilómetros cuadrados— y se augura que muy pronto será totalmente liberada.
zss/ncl/rba
