“El próximo presidente de EE.UU. debe ordenar una completa evaluación de las capacidades de los programas de defensa de misiles de gran altitud a fin de conocer su ineficacia fuera de EE.UU.”, así lo considera el exasesor científico del jefe de las Operaciones Navales de la Armada de EE.UU., Theodore Postol.
En una entrevista en exclusiva concedida a la agencia rusa de noticias Sputnik News, explica que tal prueba debe dar a conocer si esos sistemas son capaces de distinguir entre ojivas y señuelos; y tiene que realizarse por “verdaderos técnicos” en este campo y no por “personas designadas políticamente y que carecen de las credenciales necesarias”.
El próximo presidente de EE.UU. debe ordenar una completa evaluación de las capacidades de los programas de defensa de misiles de gran altitud a fin de conocer su ineficacia fuera de EE.UU.”, considera el exasesor científico del jefe de las Operaciones Navales de la Armada de EE.UU., Theodore Postol.
“La revisión demostraría que los actuales sistemas de defensa de misiles (es decir, el sistema de combate de armas navales Aegis, el sistema de defensa de misiles con base en tierra y el Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD)) son incapaces de hacer frente a los señuelos más simples”, enfatiza.
A este respecto, Postol, profesor del MIT de Ciencia, Tecnología y Política de Seguridad Nacional, enfatiza que el resultado de esa prueba también evidenciaría que Washington está “simplemente desperdiciando su dinero en estos sistemas”.
Seguidamente, afirma que el resultado de ese estudio sería la cancelación de estos sistemas, ya que pese a que no proporcionan ningún beneficio ni garantizan la seguridad, sí están creando problemas importantes entre EE.UU., Rusia y China.
Para Postol, el interés de EE.UU. en estos sistemas levanta sospechas sobre el objetivo del país norteamericano: “¿Cree que puede atacar a Rusia o China y utilizar estas defensas de misiles para defenderse de una represalia desigual?”, cuestiona.
“Contrariamente a la creencia popular, la búsqueda de estos sistemas de defensa antimisiles es mucho más que una pérdida de dinero”, indica, para después concluir que el próximo presidente de EE.UU. debe decidir el destino de estos sistemas y trabajar por un sistema defensivo razonable.
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