El canciller chino, Wang Yi, durante la conferencia de prensa de la tercera sesión del 13.º Congreso Nacional del Pueblo (APN), realizada el domingo, ha aseverado que las autoridades chinas están totalmente “abiertas” para una cooperación internacional con el fin de investigar el origen del nuevo coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19, que surgió por primera vez en el país asiático a fines de 2019.
“China siempre ha estado abierta a los esfuerzos conjuntos de la comunidad científica internacional para identificar la fuente del virus” ha enfatizado Wang.
El diplomático chino, además, ha hecho hincapié en que la investigación debe ser “profesional, justa y constructiva” para luego enfatizar que Pekín refuta cualquier tipo de “injerencia política” en el proceso.
Desde el comienzo del brote de este virus temible, el Gobierno de EE.UU. ha insistido en vincular el patógeno con China, también, habla del “virus chino” o el “virus de Wuhan”, declaraciones, completamente rechazadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y expertos de diversos países, al aclarar que el virus no se creó en un laboratorio sino tiene un origen animal.
Ante tales declaraciones, China rechazó todas las acusaciones en su contra y conforme las palabras de Wang, las autoridades de la Casa Blanca con “propagar rumores” tratan de “estigmatizar” a Pekín.
“La diferencia entre China y algunos políticos estadounidenses es tan amplia como la existente entre hechos y mentiras, entre ciencia y prejuicio…hemos hecho todo a la intemperie y tenemos la conciencia tranquila", ha señalado Wang.
Las tensiones entre Pekín y Washington comenzaron hace tiempo, ante la crisis global que sigue con su ritmo imparable a nivel mundial, el mandatario estadounidense, Donald Trump, quien es altamente criticado por su mala gestión ante esta crisis sanitaria no para de culpar a China sobre ocultar la cifra de los muertos, entre otras acusaciones, lo que ha generado una ola de críticas en Estados Unidos y fuera del país.
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