Según informó el pasado miércoles un artículo de la revista The National Interest, el Departamento de Defensa de EE.UU. (Pentágono) depende completamente de China para abastecerse de tierras raras —nombre común de 17 elementos químicos— que se consideran como “los pilares de los principales equipamientos militares o sistemas de armas” de EE.UU.
“Desde el programa Joint Strike Fighter (para un avión de caza táctico) hasta el bombardero estratégico de nueva generación B21, desde la aviónica hasta las computadoras, los elementos raros son indispensables para la superioridad militar de EE.UU.”, ha afirmado el autor del artículo Dean Popps, antiguo subsecretario del Ejército de EE.UU. para Adquisición, Logística y Tecnología.
Según este informe, desde el cierre de la última mina de tierras raras en territorio estadounidense en 2015, Washington ha quedado sin un único proveedor local de estos elementos y de otros metales especiales que requiere. Por tanto, China es actualmente el único jugador en el mercado americano de tierras raras.
Desde el programa Joint Strike Fighter (para un avión de caza táctico) hasta el bombardero estratégico de nueva generación B21, desde la aviónica hasta las computadoras, los elementos raros son indispensables para la superioridad militar de EE.UU.”, ha afirmado Dean Popps, antiguo subsecretario del Ejército de EE.UU. para Adquisición, Logística y Tecnología.
Además, ha recordado que China, en medio de la tensión territorial con Japón por las islas en disputa en el mar de la China Meridional, recurrió a esta ‘palanca geopolítica’ en 2010 y redujo sus exportaciones de tierras raras, disparando los precios hasta un 600 %.
“Creer que China seguirá proporcionándonos los materiales necesarios para derrotarlos es irresponsable e ingenuo”, afirma el autor, poniendo al descubierto las intenciones agresivas de EE.UU. respecto a Pekín.
Asimismo, ha calificado de “una situación increíblemente peligrosa” para los programas de seguridad nacional más críticos de EE.UU. cuando solo Pekín sea la fuente de tierras raras del país estadounidense.
Es de mencionar que las tensas relaciones entre China y EE.UU. por reclamaciones territoriales se vieron agravadas en mayo de 2015, cuando Pekín ordenó la construcción de islas artificiales en el mar de la China Meridional. El gigante asiático reivindica que su soberanía sobre las islas artificiales es “indiscutible”.
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