Al bordo de varios vehículos, los militares saudíes atacaron el martes la aldea de Alyish y dispararon contra una vivienda, según recogieron los medios locales, sin entrar en detalles de la nueva jornada de violencia registrada en la Provincia Oriental.
Tampoco se ha emitido, hasta la fecha, informes sobre la magnitud de los daños materiales ocasionados ni de posibles víctimas del nuevo asalto contra la minoría chií, que forma un 20 % de la población del reino árabe.
Las fuerzas saudíes atacan con frecuencia Al-Qatif que es el lugar del nacimiento del prominente clérigo chií, el sheij Nimr Baqer al-Nimr, ejecutado en 2016 por orden de las autoridades del régimen de los Al Saud.
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Riad tiene a sus espaldas un largo historial de violación de los derechos humanos. Expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aseguran, de hecho, que Arabia Saudí usa sus leyes contra el terrorismo para acallar a los disidentes, sean chiíes o no.
La Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés), asimismo, considera a la monarquía saudí “un país que suscita especial preocupación” por sus violaciones de la libertad religiosa, incluida la discriminación que ejerce contra la minoría musulmana chií, los no musulmanes, las mujeres y los presos de conciencia.
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