Los presidentes de Estados Unidos y China, Barack Obama y Xi Jinping, respectivamente, en una conversación telefónica, han abordado este viernes la última prueba nuclear de Corea del Norte, realizada el 6 de enero, y sus planes de lanzar, entre el 8 y el 25 de febrero, un cohete para poner en órbita un satélite de observación terrestre.
Ambos han enfatizado la importancia de una respuesta internacional fuerte y unánime a las provocaciones de Corea del Norte, incluida una resolución contundente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", informó la Casa Blanca en un comunicado.
"Ambos han enfatizado la importancia de una respuesta internacional fuerte y unánime a las provocaciones de Corea del Norte, incluida una resolución contundente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", informó la Casa Blanca en un comunicado.
Ambos líderes reafirmaron su compromiso con la desnuclearización de la Península de Corea y estuvieron de acuerdo en que no aceptarán que Corea del Norte sea un Estado con armas nucleares.
El ensayo con un misil balístico de Pyongyang contraviene múltiples resoluciones del CSNU, por lo que Obama y Xi lo califican de "acciones provocativas y desestabilizadoras", añadió.
Esta semana, el Departamento de Estado de EE.UU. alertó que el lanzamiento de Corea del Norte de un satélite violaría las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que pidió a la comunidad internacional medidas duras contra el país asiático.
Mientras el Occidente, liderado por EE.UU., ha expresado su preocupación por las armas nucleares norcoreanas y por una eventual ofensiva de la nación asiática, el Gobierno del líder norcoreano, Kim Jong-un, afirma que sus actividades nucleares no son ofensivas, sino que tienen fines pacíficos y de autodefensa ante el belicismo estadounidense y las maniobras militares conjuntas de Washington-Seúl.
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