“Con profunda tristeza, dolor y pesar, lamentamos la pérdida que ha sufrido nuestra Ummah Islámica con el martirio de nuestro querido y amado hermano, el gran muyahid, Su Eminencia el secretario general de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá”, ha afirmado Seyed Abdulmalik Badreddin al-Houthi, líder de Ansarolá, en un discurso televisivo.
Ha expresado sus “sinceras condolencias a su noble familia, a nuestros hermanos y hermanas en Hezbolá, al pueblo libanés, al Líder de la Revolución Islámica en Irán, el Seyed Ali Jamenei, al pueblo palestino y a los libres de la nación”.
Ha descrito a Seyed Hasan Nasralá como una estrella brillante en el firmamento de los muyahidines y un prominente líder de una grandeza incomparable.
Lo más importante en este momento es frustrar los intentos de los sionistas y criminales de quebrar la moral y debilitar el frente avanzado de Hezbolá en su enfrentamiento contra el enemigo sionista, ha declarado.
Tal y como se desvanecieron las esperanzas de los sionistas tras el asesinato del mártir Ismail Haniye, el líder del movimiento palestino HAMAS, también fracasarán en su intento de debilitar el espíritu con el ataque contra Seyed Hasan Nasralá, ha indicado.
“No importa el tamaño de los sacrificios, esto no significa rendirse, sino más bien avanzar hacia la escalada y mejorar el desempeño en la resistencia”, ha dicho.
“No defraudaremos al pueblo de Palestina y de El Líbano, ni a nuestros camaradas, los muyahidines libaneses y palestinos. Aseguro a nuestros amados mártires y veteranos de El Líbano y Palestina que seremos firmes y que su sangre no será desperdiciada, Dios nos basta y es nuestro mejor apoyo”, ha reiterado.
“La pérdida de Seyed Hasan Nasralá es una pérdida para toda la Umma islámica, y lo felicitamos por su martirio y sacrificio en el camino de Dios, después del gran viaje de Yihad en el camino de Dios”, ha confirmado.
El líder de Hezbolá cayó mártir junto con otros libaneses en un ataque aéreo que llevó a cabo el viernes el régimen sionista contra un barrio, repleto de civiles, en el sur de Beirut, capital de El Líbano. El masivo bombardeo causó una gran destrucción y el derrumbe de varios inmuebles residenciales.
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