En esos ataques, asegura la agencia yemení de noticias Saba, el Ejército saudí uso al menos cuatro cohetes M-26 cargados con cientos de submuniciones, que se dispersan cuando alcanzan su objetivo causando gran destrucción.
No existe hasta el momento información sobre posibles víctimas o daños materiales que los bombardeos podrían haber dejado.
Un sinnúmero de convenciones y normativas internacionales prohíben el uso de las bombas de racimo.
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