En un comunicado emitido el sábado, el portavoz de la coalición saudí contra Yemen, Turki al-Maliki, ha confirmado que las fuerzas yemeníes habían lanzado ataques con misiles balísticos y drones cargados con explosivos contra Dammam (la capital de la provincia Oriental), y las regiones de Jizan (suroeste) y Najran (sur).
Algunos medios han informado de dos fuertes explosiones en la ciudad petrolera de Dammam (este).
En otra parte de la ciudad de Dhahran, también ubicada en la provincia Oriental, testigos han dicho que las instalaciones pertenecientes al gigante petrolero estatal saudí Aramco han cerrado sus puertas debido a explosiones en sus cercanías, causadas por ataques con misiles y aviones no tripulados (drones) yemeníes.
Una fuente familiarizada con el asunto ha avisado a la agencia de noticias británica Reuters que no se habían producido daños en las infraestructuras de Aramco y que el ataque ocurrió fuera de ellas.
Estos operativos son parte de los ataques de represalia del Ejército y los comités populares yemeníes contra los objetivos militares y vitales de Arabia Saudí y sus aliados, en respuesta a una agresión sangrienta de más de seis años lanzada contra la nación de Yemen, con la intención de restaurar en el poder al fugitivo expresidente yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, y aplastar al movimiento popular yemení Ansarolá.
Las autoridades yemeníes enfatizan que estos ataques son un “derecho legítimo” del país para defender a su pueblo en esta guerra impuesta, con el apoyo de EE.UU. y el Occidente y advierten que la respuesta yemení será cada vez más dolorosa, si el reino saudí y sus aliados no ponen fin a sus bombardeos y bloqueo aéreo y naval contra Yemen.
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