Yemen lleva lidiando con una grave situación humanitaria desde hace cinco años, cuando en marzo de 2015 comenzó la campaña de bombarderos y bloqueo de Arabia Saudí y sus aliados árabes.
Mientras tanto, la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, ha aumentado el sufrimiento de los civiles en Yemen, niños incluidos.
La cifra oficial del nuevo coronavirus en Yemen supera, actualmente, los 1089 infectados y 293 muertos; no obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el virus puede afectar potencialmente a 16 millones de personas en el país más pobre del mundo árabe.
El brote infeccioso ha intensificado los temores mundiales a las consecuencias que ello acarreará en un país empobrecido y destruido, donde el sistema sanitario colapsó hace tiempo por la agresión saudí y epidemias, como el cólera, han hecho estragos entre la población.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) publicó el viernes un estudio titulado “Yemen, cinco años después: niños, conflicto y COVID-19”, donde alertó que los niños yemeníes podrían verse empujados al borde de la hambruna en plena pandemia del nuevo coronavirus.
La agencia de la ONU señaló que el número total de niños menores de 5 años con desnutrición podría ascender un 20 % y llegar a 2,4 millones, casi la mitad de todos los niños del país en ese rango de edad, este 2020.
De acuerdo con el informe, solo la mitad de las instalaciones sanitarias en Yemen están operativas y hay un gran déficit de medicamentos, equipamiento y personal. Asimismo, los sistemas de agua y saneamiento se han derrumbado, resultando en recurrentes brotes.
La situación crítica de los derechos humanos en Yemen ha provocado que las agencias internacionales para asistencia humanitaria estén alarmadas por la disminución de la financiación humanitaria prometida por los países donantes.
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