Las cámaras de seguridad instaladas en la entrada de la discoteca nocturna Reina de Estambul grabaron los terroríficos momentos cuando un hombre armado vestido de negro irrumpe la noche del sábado en el local y se cobra las primeras víctimas.
Con un fusil de asalto Kalashnikov (AK-47) cargado, el asaltante entra violentamente en el local y abre fuego a bocajarro contra los más de 600 clientes que festejaban la llegada del Año Nuevo 2017. Al menos 39 personas murieron, entre ellas ciudadanos de unos 10 países extranjeros, y cerca de 69 resultaron heridas.
Este domingo, también apareció en las redes sociales otro vídeo, captado desde exterior, en el que se aprecia cómo el terrorista, dispara contra un policía y otras personas que se encontraban en la entrada del local. A continuación, el atacante irrumpe en la discoteca y comienza a disparar.
Entre tanto, la Policía ha publicado las primeras imágenes del supuesto atacante, aún a la fuga. El hombre, cuyo nombre aún sigue por determinar, ha sido descrito como una persona de nacionalidad afgana, chechena o de Uigur (localidad en el oeste de China).
Según recoge el diario británico Daily Mail, pese a que todavía nadie se ha atribuido la autoría del atentado, los sectores de Inteligencia de Turquía señalan que el sospechoso ha sido un miembro de la rama del sudeste asiático del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, condenó el ataque contra el club, que se encuentra en la orilla europea del Bósforo, y aseguró que se trata de un nuevo embate terrorista contra su país.
En los últimos meses, Turquía ha sido blanco de una serie de atentados terroristas reivindicados por las guerrillas kurdas secesionistas afiliadas con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo), o atribuidos al grupo terrorista EIIL.
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