“La fábrica empezará su trabajo antes de finales del año que viene”, ha declarado el alto mando militar venezolano, citado por la agencia rusa de noticias Interfax.
Tras anunciar que los trabajos de construcción están ya en marcha, Padrino López ha añadido que “la planta de asalto Kaláshinkov es de importancia estratégica para la independencia de Venezuela y sus Fuerzas Armadas”.
La construcción de la fábrica se detuvo en 2014, luego de que la Fiscalía de Rusia descubriera que en 2010 y 2011 se habían malversado alrededor de 14 millones de dólares del fondo destinado a la obra. La construcción se reanudó en abril de 2016.
La fábrica (de Kaláshinkov Ak-103 en Venezuela) empezará su trabajo antes de finales del año que viene”, declara el ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino López.
La fábrica de Kaláshnikov es producto de un acuerdo de venta de armas y cooperación militar firmado en 2006 por los entonces presidentes de Rusia y Venezuela, Vladimir Putin y Hugo Chávez, respectivamente.
En sus declaraciones a Interfax, Padrino López ha insistido en que Venezuela está interesada en cooperar con Rusia para la transferencia de tecnología militar, además de no descartar la compra de armas.
En los últimos años, Venezuela se ha convertido en uno de los mejores clientes de la industria rusa de armamento. Durante el mandato presidencial del fallecido Chávez, entre 2001 y 2011, Caracas compró a Moscú armas por valor de 11.000 millones de dólares.
Rusia sigue ofreciendo además apoyo político al país bolivariano, habiendo sido en particular uno de los Gobiernos que apoyaron la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) del país sudamericano.
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