Miles de efectivos de las Fuerzas Armadas de Siria y Rusia participaron en los grandes simulacros navales, efectuados entre el 18 y 20 de enero, en la región marítima del puerto mediterráneo de Tartas, sita en el oeste del país árabe.
“En las maniobras fueron involucrados más de 2000 militares, siete buques de superficie y lanchas”, según ha detallado el jefe de las maniobras conjuntas, Alexandr Yuldashev, citada este martes por la agencia rusa Sputnik.
En este ejercicio, los buques de la Marina siria realizaron operaciones de búsqueda de minas en las proximidades de Tartus, mientras el sistema de misiles antiaéreos ruso Pantsir-S cubrió el espacio aéreo en la zona costera para neutralizar los posibles ataques terroristas.
Las fuerzas subversivas submarinas ruso-sirias neutralizaron a un grupo submarino de terroristas hipotéticos. Además, la policía militar rusa y las unidades sirias se ejercitaron en las actividades de seguridad y control.
Rusia que estableció en 2017 un contingente militar permanente en su base aérea Hmeimim (en el oeste de Siria) y otro en su base naval en el puerto de Tartus, a menudo realiza ejercicios en el mar Mediterráneo, en el marco de su apoyo a la lucha antiterrorista de Siria, el cual se produce a petición del Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad.
Moscú y Damasco firmaron en 2017 un pacto sobre el despliegue en Tartus, por un período de 49 años, de un centro de mantenimiento técnico de la Armada rusa.
Las maniobras coinciden con ataques contra las posiciones terroristas en el noroeste del país árabe. Todo el material bélico que Moscú ha llevado a Siria lo usa en la campaña antiterrorista en la que participa desde septiembre de 2015, a petición del Gobierno de Damasco.
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