Aziz Isbir —quien fue uno de los científicos de cohetes más importantes de Siria, empeñado en acumular un arsenal de misiles de precisión— murió el sábado en un atentado perpetrado en la ciudad de Masyaf, situada en Hama.
Un alto funcionario de una agencia de inteligencia regional —citado este martes por el diario estadounidense The New York Times— atribuyó la muerte de Isbir a una misión de asesinato del servicio de la inteligencia del régimen de Israel (el Mossad).
El responsable, que pidió el anonimato, además informó de que el Mossad había estado siguiendo a Isbir durante mucho tiempo y que buscaba matarlo incluso antes del estallido de la crisis siria en 2011.
Siria también vincula el asesinato de su científico con el régimen de Tel Aviv. No obstante, el ministro de asuntos militares israelí, Avigdor Lieberman, intentó minimizar la posibilidad de la participación israelí. “Siempre tratan de echarnos la culpa a nosotros. Así que no tomaremos esto demasiado en serio”, dijo.
Según ha reportado el medio estadounidense, el caso de Isbir fue al menos la cuarta misión de asesinato del régimen de Israel en los últimos tres años contra un científico de armas.
Bajo la ley israelí, el primer ministro está autorizado a aprobar una operación de asesinato, eufemísticamente denominada ‘trato negativo’ en el Mossad. Los voceros del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y Lieberman, no han respondido a las solicitudes de comentarios sobre la muerte del científico sirio.
Asesinar a científicos musulmanes es una táctica ampliamente empleada por Israel, para así evitar que los países musulmanes obtengan nuevas tecnologías, censura Hatem al-Zoabi, un escritor sueco de origen sirio.
El régimen de Tel Aviv ha sido culpado asimismo del asesinato de dos científicos afiliados al Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) en los últimos 18 meses.
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