La base se instalará en el campo Kandal, sito en el oeste de Al-Raqa: ciudad en el norte de Siria que sigue en manos de las kurdo-árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Washington, han informado este el sábado sitios web afines a estas milicias.
Las fuentes han explicado que las fuerzas galas abandonarán su base militar en la ciudad de Manbiy, en el norte de la provincia septentrional de Alepo, y se establecerán en la nueva base en Al-Raqa.
Se dice que unos 140 milicianos kurdos serán sometidos a entrenamientos de inteligencia y seguridad bajo la supervisión de las fuerzas francesas en la base de Al-Raqa.
A principios del pasado mes de abril, Francia envió decenas de fuerzas especiales a la ciudad de Manbiy, a 30 kilómetros de la frontera turca, medida que provocó las críticas del Gobierno de Ankara, que tiene fuerzas desplegadas en el cantón kurdo de Afrin, también ubicado en el norte de Alepo.
Las fuerzas de la llamada coalición anti-EIIL (Daesh, en árabe) se han desplegado en el país árabe sin el consentimiento del Gobierno de Damasco que, de hecho, ha pedido a la coalición la inmediata retirada de estas tropas ahora que Daesh ha sido derrotado en el país árabe.
Ayer viernes, Alexandr Lavrentiev, enviado especial del presidente ruso, Vladimir Putin, dejó claro que todas las fuerzas extranjeras, incluidos los soldados de EE.UU., Turquía, deben abandonar Siria.
En un encuentro entre Putin y su par sirio, Bashar al-Asad, celebrado el 17 de mayo en Sochi, el mandatario ruso adelantó que “al comenzar una etapa más activa del proceso político, las fuerzas armadas extranjeras se retirarán del territorio de la República Árabe Siria”, explicó Lavrentiev.
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