Según la revista BMJ Case Reports, de la niña empezaron a caer lágrimas rojas, con sangre, durante una semana, pese a que no se quejaba de ningún dolor ni experimentaba sufrimiento psicológico alguno.
Su familia la llevó a un hospital, donde fue sometida a diversas pruebas que no pudieron explicar el fenómeno. Las glándulas lacrimales estaban en perfecto estado, los análisis de sangre eran normales y aparte de la sangre, el análisis del líquido de sus lágrimas era normal.
Por el momento, los médicos siguen sin saber a qué se debe esto y lo mantienen bajo el diagnóstico de hemolacria idiopática, es decir, de origen desconocido.
La hemolacria se define como la presencia de sangre en las lágrimas, un fenómeno muy raro para el que la Medicina aún no ha encontrado una explicación definitiva.
Hay varias hipótesis, como que se trata de problemas hormonales o relacionados con los ciclos menstruales cuando las afectadas son mujeres, hiperemia conjuntival, hemofilia, síndrome de Osler-Weber-Rendu o un efecto secundario del consumo de medicamentos.
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