El Gobierno aseguró no tener hasta el momento una “hipótesis definida” sobre la autoría del ataque, el cual fuera reivindicado de inmediato por el grupo terrorista Daesh.
El vocero del presidente Vladímir Putin defendió asimismo el lunes la actuación de los servicios de seguridad sometidos a duras críticas e las redes sociales. Destacó sus esfuerzos para garantizar la seguridad ante el flagelo del terrorismo que, según Peskov, no reconoce fronteras nacionales.
Entretanto, La Justicia rusa decretó el domingo prisión preventiva por dos meses para cuatro sospechosos de perpetrar el atentado. Los cuatro hombres fueron imputados con cargos de terrorismo y pueden afrontar una condena de cadena perpetua.
A su vez, el presidente Putin visitó el domingo una iglesia en los alrededores de Moscú, para honrar la memoria de los fallecidos en el ataque terrorista. El mandatario prometió que “Todos los autores, organizadores y los que encargaron este crimen recibirán un merecido e irremediable castigo”, precisó, “sean quienes sean e independientemente de quien los haya enviado”.
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