Particularmente aterradores son sus misiles termobáricos. Provocan enormes bolas de fuego y succionan el oxígeno del aire circundante. Estas armas pueden penetrar las trincheras de los soldados ucranianos y tienen un efecto devastador.
Según el periódico The Guardian, cada día, entre 600 y 1000 soldados ucranianos mueren o resultan heridos. Una terrible pérdida de vidas humanas y estratégicamente insostenible.
Las conversaciones de paz se rompieron al principio del conflicto. Ambas partes han tenido poco interés en ello desde entonces.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha dejado claro que no está interesado en las conversaciones a menos que Rusia se retire del territorio conquistado.
Rusia tiene control político sobre sus aliados en el Donbás. La OTAN, por su parte, debido a su financiación y armamento, tiene una enorme influencia sobre Ucrania. Podría decirse que cuando comienzan las negociaciones y lo que está sobre la mesa depende más de la OTAN, que del Gobierno ucraniano.
Cientos de soldados, tanto ucranianos como rusos, son asesinados todos los días en Donbás para que sus gobiernos tengan una mejor posición en la mesa de negociaciones. Los civiles de ambos lados también están muriendo. Una madre y su hijo de 11 años murieron el lunes en Donetsk tras el bombardeo de un mercado por fuerzas ucranianas.
Mientras tanto, los líderes mundiales advierten sobre una crisis alimentaria global catastrófica debido al conflicto. La paz aún está muy lejos y parece que se logrará en el campo de batalla.
Johnny Miller, Donbás.
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