• La sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, en Moscú, la capital.
Publicada: lunes, 21 de diciembre de 2015 18:24
Actualizada: martes, 22 de diciembre de 2015 14:41

La Cancillería rusa rechaza la postura de la Unión Europea (UE) de vincular las sanciones impuestas contra Rusia con la solución del conflicto en el sureste de Ucrania.

"Vincular las sanciones de la UE contra Rusia con la solución del conflicto en el sureste de Ucrania es (algo) artificial e infundado", ha apostillado este lunes la Cancillería rusa, en un comunicado, respecto a la nueva prórroga de sanciones aprobadas este lunes por el Consejo Europeo (CE) contra su país.

Vincular las sanciones de la UE (Unión Europea) contra Rusia con la solución del conflicto en el sureste de Ucrania es (algo) artificial e infundado", ha apostillado este lunes la Cancillería rusa en un comunicado.

La nota también recalca que "este conflicto no lo desató Rusia, sino las autoridades ucranianas que intentaron aplastar por la fuerza el desacuerdo de Donbás con el golpe de Estado en Kiev en febrero de 2014".

Así mismo, el comunicado señala que Bruselas (capital política de la Unión Europea) prefieren seguir con el juego de las sanciones, en lugar de crear bases de cooperación provechosa para afrontar los desafíos actuales, como el terrorismo internacional.

La sede del Consejo Europeo (CE), en Bruselas, capital política de la Unión Europea (UE).

 

La Cancillería rusa reprueba la decisión de la UE al decir que "es evidente la falta de lógica" en esta decisión y considera que Bruselas está castigando a Rusia por sus políticas independientes en el escenario mundial en los siguientes términos: "Bruselas está simplemente tratando de castigar a Rusia por algo que no tiene nada que ver, pero que involucra directamente a la propia UE", subraya.

El Consejo Europeo prolongó seis meses más las sanciones impuestas a Rusia desde 2014, es decir las ha extendido hasta 31 de julio de 2016.

Estados Unidos y la UE han impuesto varias rondas de sanciones económicas contra individuos, organizaciones y sectores rusos: el bancario, energético y de defensa, alegando la supuesta intervención de Moscú —que el Kremlin niega— en la crisis de Ucrania, iniciada en febrero de 2014.

En respuesta, Rusia decidió medidas de embargo contra los productos provenientes de los países sancionadores y elaboró una lista de más de 200 personas de la UE y EE.UU. para denegarles visados de entrada.

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