La base Hamze Seyed al-Shohada de la Fuerza Terrestre del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán en Urmía, en la provincia de Azerbaiyán Occidental, anunció el miércoles, a través de un comunicado, que el cargamento contenía armas de varios tamaños como pistolas y rifles, junto con sus municiones y machetes, para socavar la seguridad del país.
El comunicado indica que el cargamento fue identificado y confiscado en la frontera. “Este cargamento contenía más de 18 000 porras, cerca de 53 000 armas de electrochoque y más de 54 000 tipos de machetes y cuchillos, que se consideran equipos y armas muy peligrosos que pueden usarse en disturbios”, aseveró el general de brigada Ali Akbar Puryamshidian, comandante de la base Hamze Seyed al-Shohada.
Puryamshidian señaló que las armas fueron incautadas, gracias a la cooperación y coordinación de diferentes fuerzas de seguridad iraníes, incluidas las del CGRI, las fuerzas del orden y las fuerzas de inteligencia.
El comandante dijo que el cargamento era el mayor de su tipo descubierto desde el año pasado.
El año pasado, Irán fue escenario de incidentes de violencia callejera, bajo pretexto de la muerte de la joven Mahsa Amini, de 22 años, ocurrido el 16 de septiembre en un hospital, después de desplomarse en una estación de policía en Teherán, la capital.
Las autoridades iraníes consideran los actos vandálicos como parte de un plan diseñado y financiado desde EE.UU., Israel y varios países europeos para desestabilizar el país persa y derrocar el sistema de República Islámica, no obstante, el plan de los enemigos fue totalmente frustrado.
Mientras se acerca el primer aniversario de la muerte de Amini, todos los medios hostiles y los líderes de los disturbios radicados en el extranjero se han movilizado para provocar una nueva ola de disturbios en el país.
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