“Ya no existe un mundo unipolar, y Estados Unidos ya no es conocido como una superpotencia. Por supuesto, puede verse como un poder, pero en realidad no como una superpotencia”, ha señalado este lunes el portavoz de la Cancillería de Irán, Naser Kanani, durante su rueda de prensa semanal.
Conforme ha destacado Kanani, este “cambio del equilibrio de poder” la República lo ve como una “oportunidad en línea con sus intereses nacionales” para impulsar la convergencia regional.
De hecho, ha proseguido, Irán “no vincula las relaciones exteriores con el mundo al tema del acuerdo nuclear”, pues “es un país que tiene muchas capacidades y siempre ha sido uno de los miembros influyentes en el proceso del cambio regional e internacional debido a su papel innegable y decisivo en las ecuaciones regionales”.
En el mismo sentido, ha reiterado que Irán no se limitará a una región o un bloque específicos a la hora de desarrollar las relaciones extranjeras, y está listo para expandir nexos con todos los países que aboguen por la amistad con el país persa a base del respeto mutuo y los intereses comunes.
Dentro del marco de su política pragmática de vecindario primero y su férreo compromiso con la seguridad regional, Irán ha demostrado en las últimas semanas cómo los países de la región pueden superar las hostilidades a través de la diplomacia y el diálogo.
En marzo pasado, Teherán y Riad anunciaron oficialmente un acuerdo para retomar los lazos bilaterales y reabrir sus embajadas y representaciones.
Posteriormente, Irán insinuó la posibilidad de acuerdos similares con otros países de la región, incluidos Baréin y Jordania, y destacó que la distensión con Riad puede tener consecuencias positivas para la región.
Muchos consideran ese enfoque un golpe fatal al complot de Estados Unidos e Israel para antagonizar la región, especialmente con la República Islámica, llamando continuamente a formar un frente unido de los países islámicos contra las agresiones del régimen sionista.
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