“Ya han fracasado las tentativas del régimen sionista (israelí) para difundir iranofobia y hoy día dicho régimen debe responder por sus crímenes contra los palestinos y libaneses. Israel ya no puede justificar o tapar sus políticas expansionistas, entre ellas la extensión de asentamientos, y la ofensiva a Gaza y la Cisjordania (…)”, ha dicho este martes Zarif, llamando a la comunidad árabe a unirse para denunciar las atrocidades del régimen de Tel Aviv, el único enemigo de la región.
Ya han fracasado las tentativas del régimen sionista (israelí) para difundir iranofobia y hoy día dicho régimen debe responder por sus crímenes contra los palestinos y libaneses. Israel ya no puede justificar o tapar sus políticas expansionistas, entre ellas la extensión de asentamientos, y la ofensiva a Gaza y la Cisjordania (…)”, dice el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif.
El jefe de la Diplomacia persa que se encuentra en Túnez, capital del país homónimo, en el marco de una gira regional, ha dicho que entre la nación iraní vive una profunda desconfianza hacia EE.UU., por distintas razones, entre ellas el apoyo de Washington al régimen israelí.
Con el cumplimiento de sus obligaciones en cuanto al reciente consenso nuclear alcanzado entre Teherán y el Sexteto (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania) sobre el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), Washington puede recuperar parte de su confianza desperdiciada ante la nación iraní, ha afirmado.
Zarif que hablaba durante una rueda de prensa ha descartado las posibles preocupaciones de ciertos Estados árabes sobre el creciente poderío del país persa en la región, asegurando que Teherán usará todo su poder en pro de la paz, el desarrollo y la construcción de la zona.
Ha manifestado la abierta disposición de Teherán a cooperar con todos los países de la región para contrarrestar las amenazas y peligros comunes como el terrorismo.
Ha elogiado a Irán por ser pionero en la lucha contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), una agrupación takfirí que opera en la región y mayormente en Irak y Siria cometiendo crímenes de lesa humanidad, y ha asegurado que Teherán saluda la participación de todos en combatir ese flagelo, siempre y cuando tengan una verdadera “voluntad política”.
“Abandonar los doble estándares que han complicado la lucha contra Daesh y el terrorismo en la región, puede contribuir a combatirlo. No se puede contrarrestar a EIIL en un país y a la vez, adoptar otra medida en otro Estado que le ayude”, ha precisado.
En alusión a la crítica situación que viven Siria y Yemen, Zarif ha asegurado que existe una salida política y dialogada para tales circunstancias, algo que no se puede encontrar en la injerencia foránea y la opción militar.
“Hay que impulsar un diálogo interyemení e intersirio para que se logre un consenso nacional. Es necesario evitar que el sectarismo, el tribalismo, y el regionalismo compliquen los problemas”, ha subrayado, haciendo énfasis en que lo que importa es recurrir a la voluntad de pueblos de Siria y Yemen y no a la opción extranjera.
“No permitimos que las cuestiones regionales se introdujeran en los diálogos que llevamos a cabo sobre el caso nuclear (con el Grupo 5+1), y tampoco negociaremos con terceros (los Estados extranjeros) sobre esa región”, ha dicho.
Ha considerado una victoria para toda la región y el mundo del Islam, el reciente consenso nuclear y asegura que un posible acuerdo definitivo no constituye ninguna amenaza para los vecinos y las naciones musulmanas.
El canciller iraní se ha mostrado satisfecho de que la conclusión de las conversaciones nucleares haya creado una oportunidad excepcional para la región, para que gracias a una cooperación colectiva se pueda zanjar los problemas de la zona.
En el marco de su gira regional, el jefe de la Diplomacia persa llegó el lunes a Túnez, donde se reunió con el primer ministro tunecino, Habib Essid, y el presidente del país árabe, Beyi Caid Essebsi, con quienes abordó los temas regionales y de interés común.
La tarde de esta jornada Zarif partió de Túnez rumbo a Argelia, su segunda estancia en ese periplo regional.
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