En una declaración ofrecida el viernes, el portavoz de la Cancillería iraní, Seyed Abás Musavi, censuró las “inaceptable posturas” del Reino Unido y Francia ante el lanzamiento de un satélite militar iraní, que, según ellos, contraviene la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) y constituye una “amenaza para la seguridad de la región”.
“Francia y el Reino Unido están expresando su preocupación por la seguridad de la región, mientras ellos mismos tienen un largo historial de creación de tensiones, y sus políticas desestabilizadoras son un gran obstáculo para el retorno de la seguridad y la estabilidad en dicha región”, ha indicado Musavi.
El mencionado portavoz también ha rechazado enérgicamente la interpretación unilateral de la resolución 2231 del CSNU, recordando que “el uso pacífico de la tecnología espacial es parte del programa defensivo y el desarrollo científico” de la República Islámica, y ninguno de los tratados internacionales prohíben al país persa lanzar satélites al espacio.
Musavi, además, ha reprochado la inacción de los países europeos cuando EE.UU., en una clara violación de la resolución 2231, abandonó el acuerdo nuclear, conocido oficialmente como Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), y reimpuso sanciones ilegales contra los iraníes.
“Mientras EE.UU. viola en cualquier momento los puntos de la resolución 2231, como el pacto nuclear, los países europeos se rehúsan a tomar medidas para enfrentarlo y condenarlo. Su doble rasero revela que estos países se han dejado intimidar por Estados Unidos en el ámbito internacional”, ha reprochado.
El pasado miércoles, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán lanzó con éxito su primer satélite militar, denominado “Nur” (luz, en español), a la órbita, el cual ha alcanzado una altitud de 425 kilómetros sobre la superficie de la Tierra.
En reacción, el Gobierno de EE.UU. consideró el aludido satélite parte del programa de misiles balísticos de Irán y anunció que llevaría el caso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Teherán ha insistido en reiteradas ocasiones que sus pruebas de misiles y lanzamientos de cohetes no violan ninguna resolución de las Naciones Unidas, porque tienen como único propósito aumentar su capacidad defensiva disuasoria, además de que sus proyectiles no están diseñados para transportar ojivas nucleares.
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