El presidente iraní, en una reunión celebrada este sábado con la comunidad iraní residente en Malasia en la ciudad de Kuala Lumpur, la capital, ha asegurado que Irán no pretende extender la secta chií, ni menos imponer la Revolución Islámica a otros países, tal como alegan los enemigos del país persa.
"Necesitamos hermandad y unidad entre los chiíes y suníes", cuyo objetivo es el mismo, subraya Rohani.
Necesitamos hermandad y unidad entre los chiíes y suníes”, cuyo objetivo es el mismo, subraya el presidente de Irán, Hasan Rohani.
Rohani, tras señalar que lo realmente importante para el mundo del Islam en la actualidad es eliminar las falsas discordias entre los países musulmanes, comenta que uno de los objetivos de su viaje a Malasia era precisamente "eliminar ciertos pensamientos errados" sobre Irán y allanar el camino para desarrollar las relaciones.
Como ejemplo de lo dicho, se ha referido a las actividades nucleares de Irán y a las acusaciones sobre que este país pretende fabricar bombas atómicas, cuyo objetivo no es otro que sembrar la "iranofobia" en todo el mundo.
"Una de nuestras labores en las conversaciones nucleares era cambiar esta idea. Asustaban a nuestros vecinos, extranjeros y europeos, diciendo que Irán tiene la bomba atómica, mientras que la doctrina defensiva persa no incluye el desarrollo de armas nucleares y, según el precepto del Líder de la República Islámica de Irán (el ayatolá Seyed Ali Jamenei), el uso y la construcción de armas de destrucción masiva está prohibido", argumenta el jefe del Gobierno iraní.
En el mismo día (el sábado) Rohani se ha reunido también con las élites científicas culturales y mediáticas de Malasia, donde se ha referido al papel de Irán para impedir que el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) se convierta en un ‘estado’ en Siria e Irak.
Malasia es la segunda escala de Rohani en su visita a tres países de Asia Oriental. Procedente de Vietnam, después de haberse reunido con destacadas autoridades de ese país y acordado el fortalecimiento de lazos bilaterales, el mandatario persa abandonó Malasia rumbo a Tailandia, para asistir a la cumbre del Diálogo para la Cooperación de Asia (ACD, por sus siglas en inglés).
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