El Comité Ejecutivo de la OLP, en una reunión efectuada el jueves en la ciudad de Ramalá, en el norte de la Cisjordania ocupada, advirtió sobre los riesgos que corre la vida de los presos palestinos encarcelados en las prisiones israelíes por la pandemia del coronavirus, causante de la COVID-19.
Los participantes en la cita pidieron a la comunidad internacional que presione al régimen de Israel para que libere a los presos palestinos y detenga la práctica de tortura y otros tratos inhumanos contra ellos en sus cárceles.
La petición de la OLP se produce un día después de que al menos 12 prisioneros políticos palestinos en la prisión israelí de Ofer, al suroeste de Ramalá, dieran positivo en el coronavirus.
Más de 7000 palestinos están retenidos en las cárceles israelíes, entre ellos 180 menores de edad, 43 mujeres y 700 enfermos, la mayoría de los cuales padecen enfermedades crónicas, según las cifras ofrecidas por el Centro de Estudios de los Prisioneros Palestinos (PPCS, por sus siglas en inglés).
La Sociedad de Prisioneros Palestinos (PPS, por sus siglas en inglés) denunció este mes en curso que Israel priva a los presos palestinos del acceso a productos de limpieza, pese a la propagación de la enfermedad.
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