Utilizando granadas de aturdimiento, las fuerzas del régimen de Tel Aviv intentaron dispersar a decenas de manifestantes palestinos de la zona, además de llevar a cabo varios arrestos.
Entre los detenidos se encuentra el director de la Comisión Palestina Independiente para los Derechos Humanos (CIDH), Farid al-Atrash, cuyo arresto no se produjo de forma pacífica.
La organización pro derechos humanos tachó la violencia empleada contra Al-Atrash de “un crimen” y aseguró que abordará el caso con la sociedad de abogados y la oficina de enlace militar palestina en Al-Jalil.
Fue el 25 de febrero de 1994 cuando un colono judío, llamado Baruch Goldstein, abrió fuego contra varios fieles musulmanes frente a la Mezquita de Ibrahim, también conocida como la Tumba de los Patriarcas; en el incidente murieron 29 palestinos.
Los participantes en la manifestación pidieron, asimismo, la reapertura de la calle Al-Shuhada (palabra en árabe que significa 'mártires'), la cual fue bloqueada y cerrada después de la masacre en 1994.
Además, los palestinos denunciaron la expansión de la construcción de los asentamientos ilegales israelíes en los territorios palestinos mientras se hallaban congregados en el asentamiento de Kyriat Arba, donde vivía Goldstein.
A pesar de que las colonias israelíes son consideradas “ilegales” por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y un gran número de países, el régimen de Israel sigue con su política expansionista.
Más de 185 palestinos han perdido la vida en Cisjordania, Al-Quds (Jerusalén) y la Franja de Gaza desde el inicio del tercer levantamiento palestino (Intifada), iniciado en octubre de 2015 a raíz de una ola de ataques y violencia por parte de soldados y colonos israelíes, sumada a sus incursiones y profanaciones en la Mezquita Al-Aqsa, en Al-Quds.
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