Por: Iqbal Jassat *
Las palabras para describir la masacre de palestinos en Gaza parecen haberse agotado o resultan desesperadamente insuficientes para explicar el enorme desastre desatado por el régimen más malvado e inhumano de la era moderna.
Médicos y trabajadores de la salud, junto con periodistas valientes, no solo han sido víctimas directas de ataques con drones, bombardeos y detenciones arbitrarias, sino que, junto con la población civil de Gaza, están soportando una pesadilla viviente.
Los testimonios que brindan han conmocionado al mundo. Las imágenes difundidas globalmente muestran mucho más que cuerpos ensangrentados, extremidades rotas y familias enlutadas. Subrayan la inhumanidad de una ideología llena de odio que justifica el hambre como arma de guerra y venganza.
Como observadores que presencian el sufrimiento inimaginable de madres y bebés, así como de ancianos y enfermos privados de atención médica debido a que hospitales han sido bombardeados y destruidos, las personas alrededor del mundo pueden sentirse impotentes, pero no desconectadas.
Pueden lamentar su incapacidad para irrumpir físicamente las barreras fortificadas que el régimen fascista ocupante, con la complicidad de regímenes árabes despóticos, especialmente Egipto, Jordania y Siria, ha levantado para cercar todo el territorio sitiado.
Pero las palabras no necesitan fronteras. Tampoco la solidaridad.
📸🚨 Palestinos desesperados buscan comida en medio de la hambruna
— HispanTV (@Nexo_Latino) July 28, 2025
🔸Imágenes conmovedoras muestran a palestinos sufriendo la hambruna, luchando por conseguir una pequeña porción de comida en medio de la crisis humanitaria en #Gaza 🇵🇸#GazaIsStarving #Israel #GazaGenocide pic.twitter.com/ddrIVqbc6c
No solo podemos desafiar la narrativa diluida de los hasbaristas sionistas (propagandistas), financiadores y facilitadores del genocidio en mi propio país, Sudáfrica, que proyectan esta horrenda masacre como “necesaria” y “justificada”, sino también denunciar su connivencia y mentiras descaradas.
Con firme claridad, podemos desestimar las atrocidades arbitrarias de Israel, que pretenden hacer creer al mundo que no son más que una “mera crisis”, afirmando que el genocidio y la utilización del hambre como arma constituyen una catástrofe moral profunda.
De hecho, como analistas y comentaristas han advertido reiteradamente, a menos que enfrentemos y derrotemos el sionismo, no podremos frenar el colapso de la conciencia global.
“Estamos siendo testigos de lo que podría describirse como el Hiroshima de nuestra época, un evento que simboliza no solo la destrucción de vidas sino la erosión de nuestra conciencia colectiva”, advierte contundentemente Henry A. Giroux, actual titular de la Cátedra de Estudios Públicos de la Universidad McMaster en el Departamento de Inglés y Estudios Culturales.
En ausencia de las espadas empuñadas por las sociedades civiles y los activistas de derechos humanos, así como por los trabajadores de la salud y periodistas, ¿no poseemos acaso el habla, las palabras, la conciencia y las plumas?
“Nos encontramos en una encrucijada. La violencia y brutalidad que presenciamos hoy exigen algo más que observación pasiva; exigen una acción moral colectiva. La tragedia que se desarrolla en Gaza no es un incidente aislado; es parte de un patrón más amplio de violencia estatal y genocidio”, insiste Giroux.
“Es un asunto global, que trasciende fronteras y nos afecta a todos. Es hora de reconocer las atrocidades cometidas y actuar con la urgencia que demanda esta situación”.
Se nos recuerda que los niños de Gaza no son solo víctimas de un conflicto lejano; son hijos de la humanidad, y es nuestra responsabilidad colectiva garantizar que su sufrimiento no continúe sin control y sin rendición de cuentas.
🎥 La crisis humanitaria en #Gaza alcanza niveles críticos sin precedentes
— HispanTV (@Nexo_Latino) July 27, 2025
🔸Más de 100 000 niños, incluidos 40 000 bebés, están en riesgo de morir, en cuestión de días, por desnutrición, debido a la escasez de alimentos.#GazaStarving #GazaGenocide pic.twitter.com/DAQm0WaeRo
Ahora que el régimen sionista no deja dudas de que glorifica el hambre masiva y la limpieza étnica de toda la población de Gaza, es el momento de desmantelar la maquinaria de muerte y terrorismo.
Que no haya disputa ni duda sobre el papel dudoso de las grandes potencias occidentales lideradas por la administración Trump en Estados Unidos, que continúan armando a Israel y abusando de instituciones globales como las Naciones Unidas para protegerlo de la rendición de cuentas.
Debemos seguir enfrentando sin temor a los poderes corporativos en Sudáfrica y en otros lugares —ya estén vinculados o no a partidos políticos— así como a instituciones académicas, medios de comunicación, organismos deportivos y otros que mantienen lazos con el régimen colonialista de asentamiento.
Ser vilipendiados por atreverse a denunciar las atroces acciones genocidas de Israel debe ser llevado como una insignia de honor.
* Iqbal Jassat es miembro ejecutivo de Media Review Network (Red de Revisión de Medios), Johannesburgo, Sudáfrica.
Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.
